Un estudio sobre el efecto placebo muestra que las empresas deben preocuparse por posicionar expectativas y no marcas.
¿Has oído del efecto placebo? Un placebo es cualquier cosa que parezca un tratamiento médico real, pero en realidad no lo es.
En algunos casos puede ser una pastilla, una vacuna o cualquier otro tipo de tratamiento que el paciente cree que es real.
Quiero ilustrarte el efecto placebo con un ejemplo personal. Mi abuelita solía asegurar que necesitaba de sus pastillas de la osteoporosis para aliviarse del dolor de cabeza.
Y mi tía, sabiendo que esas pastillas no le aliviaban la migraña, le daba unas botonetas (lunetas) blancas.
Curiosamente, mi abuelita afirmaba sentirse mejor de la cabeza, después de tomarse las supuestas pastillas para la osteoporosis.
¿Cómo funciona el efecto placebo?
Los estudios sobre el efecto placebo se han enfocado en la relación, o más bien la influencia, que la mente tiene sobre el cuerpo.
Una de las teorías más comunes dice que el efecto placebo se debe a las expectativas del paciente.
Es decir, si una persona tiene la certeza de que una pastilla causará un efecto, es posible que los procesos químicos del cuerpo contribuyan para causar un efecto similar al que una pastilla real podrían haber causado.
Muchos expertos opinan que hay una fuerte relación entre el nivel de confianza que un paciente tiene sobre un medicamento, y las posibilidades de que una medicina cause el efecto esperado o no.
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Mientras más confianza se tenga en una medicina, más aumentan las probabilidades de que la persona experimente efectos positivos de la misma.
Entonces podemos decir que la mente juega un papel crucial en el cumplimiento de la promesa de un producto.
El efecto placebo en las bebidas energizantes
Las bebidas energéticas se consumen regularmente como un refuerzo cognitivo para mejorar la función cerebral.
Por esta razón se han vuelto populares entre estudiantes durante los exámenes o con los profesionales que deben rendir al 100% por largas jornadas laborales.
Pero, ¿realmente mejoran el rendimiento las bebidas energéticas? y si es así, ¿por qué?
Estas preguntas fueron planteadas por Liane Schmidt y sus colegas en una publicación llamada “Red Bull te da Motivación Incentiva: Entendiendo el Efecto Placebo de las Bebidas Energizantes en el Rendimiento Cognitivo Humano”.
Esta publicación se basó en un experimento en el que, a un grupo de personas se les dio Red Bull, y a otro grupo se les dio Sprite.
Ambos grupos creyeron que estaban ingiriendo una bebida energética.
Los investigadores encontraron que los participantes rindieron mejor en una prueba numérica cuando ellos creyeron haber tomado una bebida energética, independientemente de si en realidad la tomaron o no.
De igual forma, las personas que creyeron haber tomado una bebida energética aumentó el efecto de los incentivos (el efecto positivo del reconocimiento, por ejemplo) de su rendimiento cognitivo.
En otras palabras, los resultados de esta prueba sugieren que creer que uno está consumiendo una bebida energética, aumenta nuestra disposición para participar en una prueba, y finalmente aumenta nuestro rendimiento.
¿Un asunto de marca, expectativa o fe?
Creer es una palabra que relacionamos con la fe, con la religión. Algunos experimentos realizados por entidades no religiosas han demostrado los efectos que las experiencias religiosas, como la oración, la meditación, etc. tienen sobre el cerebro.
Y considerando que somos seres sociales, para todos nosotros es muy importante que la gente a nuestro alrededor tenga fe en nosotros.
Mira cómo este experimento social demuestra los efectos del apoyo positivo, y los abucheos sobre las personas:
Cuando experimentamos el placer de un alimento, o una bebida, generalmente tenemos una mayor reacción de la corteza prefrontal.
Mientras más disfrutamos de un estímulo alimenticio, mayor es la actividad en esta región.
Estos hallazgos sugieren que la expectativa de los efectos de la bebida energética desencadena la activación del estriado ventral límbico, posiblemente también la amígdala, que se sabe que tiene efectos moduladores directos sobre los estados corporales y el rendimiento.
Todos estos hallazgos basados en la neurociencia nos capacitan y nos dan un mejor criterio en el diseño de productos y el posicionamiento de expectativas, en vez de posicionamiento de marcas.
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