¿Alguna vez te has sentido motivado solo por una pequeña felicitación o un gesto de reconocimiento? ¿Recuerdas cuando alguien te agradeció por un favor, y eso te hizo querer repetirlo? Ese es, en esencia, el poder del brownie point. Desde la óptica del neuromarketing, este concepto —que surge de la psicología social y la economía del comportamiento— se traduce en un recurso altamente efectivo para construir lealtad emocional, reforzar vínculos con las marcas y moldear decisiones de compra a través del refuerzo positivo.
Los brownie points son “puntos emocionales” que las personas obtienen como recompensa simbólica por comportamientos valorados. En el entorno organizacional o comercial, se manifiestan en frases como “buen trabajo”, “gracias por tu fidelidad”. O en gestos simbólicos como descuentos, distintivos o beneficios exclusivos. Aunque no siempre implican una ganancia material, su poder radica en activar los centros cerebrales de recompensa. Particularmente el núcleo accumbens, responsable de liberar dopamina, la molécula del placer y la motivación.
Desde el neuromarketing, el brownie point se convierte en una herramienta emocional de fidelización. Cada vez que una persona se siente valorada, su cerebro registra la experiencia como placentera, asociándola con la marca, empresa o persona que la provocó. Por eso, los sistemas de reconocimiento interno en las organizaciones —como insignias digitales, puntos acumulables o menciones públicas— funcionan no solo como incentivos, sino como disparadores de oxitocina, la hormona del vínculo y la confianza.
En marketing, este efecto puede observarse en programas de recompensas, reseñas destacadas o campañas que hacen sentir al consumidor parte de una comunidad exclusiva. La clave está en entender que el refuerzo emocional es más duradero que la recompensa económica, y que la dopamina que se libera ante el reconocimiento se traduce en recordación, afinidad y repetición de conducta.
En conclusión, cultivar brownie points no es solo una estrategia simpática, sino una técnica neuroemocional que potencia la conexión humana en contextos de liderazgo, consumo y reputación. Porque cuando el cerebro se siente recompensado, la lealtad ya está ganada.
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Licenciado en Relaciones Internacionales con una maestría en Imagen Pública y Comunicación. Mi especialidad es en comunicación estratégica, posicionamiento SEO, gestión de redes sociales, contenido editorial, cobertura audiovisual de eventos y gestión de proyectos.



