El uso de imágenes que estimulen el erotismo y la sexualidad puede llegar al subconsciente y conectar directamente con el consumidor, cuando se hace elegantemente. ¿Qué separa esa línea?
El fin último de la publicidad es despertar alguna motivación dentro de su audiencia para no que no se desapercibida. El erotismo, cuando se emplea para efectos mercadológicos, busca despertar los deseos en el consumidor que tienen que ver con las relaciones sexuales.
Por la estructura moral que compone a la sociedad, la publicidad subliminal es una de las herramientas óptimas cuando de enviar mensajes con tono erótico se trata. Cuando se acude a este mecanismo, es importante tomar en cuenta tres aspectos de la publicidad con contenido sexual:
- Llega al subconsciente: Toda imagen que tenga contenido sexual será asimilada por el subconsciente del cerebro. Los usuarios no lo procesan de forma racional, y esto hace que actúen por impulso. Los compradores son seducidos por las imágenes que ven y las relacionan con el producto o servicio.
- Está relacionado con los placeres: Lo que se traduce en felicidad. Esto crea un vínculo emocional con algo tangible y por ello, la posibilidad de que el usuario adquiera el producto o servicio aumenta.
- Crea conexión con los demás: Toda relación física o emocional se refiere a vínculos entre personas, y estas conexiones siempre necesitan un canal para ser expresadas, sean sentimientos o manifestaciones físicas. Un buen anuncio llevará a comprar para exteriorizar aquello que se siente.
Cuidado con la distracción
Es importante tener en cuenta que no se trata solamente de mostrar un cuerpo desnudo o imágenes con sexo explícito para vender. Debe hacerse con lo que los especialistas llaman la elegancia del desnudo y la cantidad.
- Desnudo elegante: Debe ser aquel que excite un poco, pero sin arruinar el misterio. De acuerdo con el último estudio de American Psychological Association (APA, por sus siglas en inglés) realizado en 2015, cuando se cae en lo burdo del desnudo, el usuario no centra su atención en la marca o producto, sino en el estimulo erótico que recrea en su mente, esto desvía la atención del comprador.
- Cantidad: Si hay demasiado sexo en un anuncio la pregunta es ¿dónde crees se centra la atención del consumidor?
Al emplear contenido sexual, se puede estimular una emoción que cree el engagement con el usuario, o bien, desviar la atención.
Con una imagen positiva, no molestarás a la audiencia, aunque esta sea conservadora. Recuerda no todo el mundo se siente cómodo con la exposición abierta de la sexualidad. Te dejamos estos ejemplos realizados con éxito.