La neurociencia es un concepto imprescindible en el aprendizaje y surge de varios campos: la psicología, la neurobiología y la educación. ¿Sabes qué relevancia tiene con este último?
1. ¿Qué es la neurociencia educativa?
La neurociencia investiga el comportamiento de los seres humanos, desde las perspectivas de la biología y la cognición.
Su finalidad es la de favorecer el aprendizaje y dar respuesta a cuestiones como si la memoria se puede trabajar o cómo afectan las emociones al funcionamiento del cerebro.
2. Se diseñan mejores metodologías pedagógicas si conocemos cómo funciona el cerebro.
Es bien sabido que el cerebro es fundamental para el aprendizaje. Entender cómo se adapta al entorno y cómo interactúan ambos hemisferios es esencial para elegir las actividades más adecuadas al enseñar diversas materias.
El aprendizaje activo se ha demostrado como el método más eficaz para adquirir conceptos y recordarlos a largo plazo.
3. La herencia y el ambiente afectan al desarrollo de los niños
Tanto la genética como las características del ambiente influyen directamente en el aprendizaje de las personas.
Es crucial entender en qué medida afecta cada factor, cómo controlar la alta estimulación en el entorno de estudio, la posibilidad de regular las emociones en estos contextos, y cómo disfrutar al máximo del proceso de aprendizaje, entre otros aspectos.
4. Si distinguimos las etapas de desarrollo del cerebro, conoceremos las capacidades y limitaciones de los niños
Desde el nacimiento hasta la edad adulta, los humanos experimentamos una evolución neuronal que determina nuestros ritmos de maduración. Esto explica por qué en ciertas etapas es más fácil asimilar determinados aprendizajes.
Comprender estas etapas permite diseñar programas y justificar prácticas educativas en un sistema escolar o en un aula específica.
5. La alimentación influye en cómo aprendemos y memorizamos
La alimentación es una base fundamental para el funcionamiento del cerebro. Los nutrientes que consumimos se integran físicamente en nuestro cerebro, por lo que la cantidad y calidad de los alimentos que ingerimos son cruciales para el desarrollo de nuestras células.
Esto es especialmente importante durante las primeras etapas de desarrollo neuronal, aunque sigue siendo relevante a lo largo de toda nuestra vida.