¿Puede un simple truco de diseño de comportamiento alentar a las personas a comportarse de maneras menos propensas a transmitir agentes patógenos como el coronavirus?
Roger Dooley, autor y conferencista, una de las voces más reconocidas en la disciplina del Neuromarketing, publicó en marzo de 2020 este artículo con una teoría, el «Cootie Effect», sobre un truco visual muy básico, que él considera podrían ayudar a promover acciones y comportamientos más seguros en medio de la pandemia de COVID-19.
Aquí hemos traducido «Cootie Effect» como «Efecto Microbio».
«Cootie» es una palabra utilizada coloquialmente por los niños, principalmente en Estados Unidos, que el Diccionario Oxford del inglés define como: «Germen contagioso. (Principalmente jerga infantil) un germen imaginario con el que se dice que una persona socialmente indeseable, o una del sexo opuesto, está infectada».
Este es un resumen de lo expuesto en su artículo.
Las puertas que se cierran deben abrirse:
Las manijas de las puertas son uno lugar propicio para propagar virus y bacterias en cualquier entorno, porque están diseñadas para ser tocadas por múltiples personas.
Usualmente usamos nuestras manos para manipularlas. Esto es particularmente problemático en medio de la pandemia actual, porque el coronavirus puede sobrevivir en las superficies por horas e incluso días.
Los científicos han estudiado estas manijas y encontraron que aunque tienen menos gérmenes que otras superficies en un baño, tienen más gérmenes que los asideros de los carritos del supermercado o las caminadoras en los gimnasios.
De lo que no hay duda es que hay gérmenes en las manijas de las puertas.
Las líneas de cruceros han lideado con brotes de virus durante años. Uno de sus abordajes es alentar a las personas y persona a no tocar directamente los pomos de las puertas del baño.
Esta imagen corresponde a un crucero de Disney:
Traducción del letrero en la imagen: «En aras de la higiene. Para evitar el contacto directo con las manos al salir del baño, utilice una toalla de papel al desbloquear y abrir la puerta. Deseche la toalla de papel en el contenedor provisto. Gracias por su cooperación».
Esta solución no es eficiente por varias razones. Primero, este tipo de letreros se ven casi exclusivamente en servicios sanitarios, no en puertas de entrada, camarotes de barcos o habitaciones de hotel, etc.
Segundo, y más importante aún, son ignoradas por los usuarios de los sanitarios. Antes del coronavirus, datos del Centro para el Control de Enfermedades [Estados Unidos] mostró que que solo 31% de los hombres y 65% de las mujeres se lava las manos después de usar el baño.
Tercero, los letreros con palabras como estos no son particularmente buenos en cambiar comportamientos.
Sistema 1 vs. Sistema 2
Daniel Kahneman divide nuestros procesos de pensamiento en el Sistema 1 y 2. El Sistema 1 es rápido, en su mayoría inconsciente, y a menudo se basa en la emoción, la intuición o la heurística (reglas que rigen nuestro comportamiento en circunstancias específicas). El sistema 2 es más analítico e implica que pensemos conscientemente en la decisión.
Las instrucciones del crucero necesitan procesamiento del Sistema 2.
En circunstancias normales este mensaje moderado fomenta el comportamiento deseado sin presionar demasiado. Hoy el mundo es diferente. Cada lugar donde la gente se reúne (tiendas, oficinas, etc.) es una zona potencialmente peligrosa.
No existe una intervención única que resuelva los problemas de lavado de manos y manijas de puertas. Pero, en lugar de confiar en el texto, propongo un cambio bastante simple:
Una señal de advertencia fácil de procesar también ayudaría. Transmitido de esta manera, el concepto de no tocar directamente los mangos de las puertas se vuelve obvio e intuitivo.
El «Cootie Effect» o «Efecto Microbio» para disminuir la transmisión de virus
Sabemos que nuestros cerebros asocian tocar con una transferencia de características negativas, es el «Cottie Effect». Incluso colocar un producto «desagradable» como manteca de cerdo o productos de higiene femenina junto a las galletas en el carrito de compras del supermercado hará que esas galletas parezcan menos sabrosas.
Si bien no he probado la manija de la puerta cubierta de virus con sujetos reales, me parece muy probable que resulte en menos contactos directos con las manos desnudas.
Como beneficio adicional, si la tocas accidentalmente, tendr la imagen mental de tocar algo infeccioso. Al igual que los productos en su carrito de compras, su mano ahora tiene «microbios». Un dispensador de desinfectante para manos a cada lado de las puertas identificado de esta manera sería una forma rápida de quitar esos «microbios» de sus manos.
Nadie lo hará, es asqueroso
Admito que es difícil imaginar que el Ritz Carlton local ponga una gran y terrorosa imagen en cada mango de puerta. Pero, también hemos visto que los letreros con texto tienen efectos mínimos en el comportamiento.
Entonces, ¿qué pueden hacer las oficinas, tiendas y otros lugares que deben operar durante la crisis del coronvirus? Creo que las calcomanías colocadas apropiadamente realmente podrían ayudar. Estos pueden ser pequeños pero gráficos: un símbolo de riesgo biológico, una calavera y huesos cruzados, o imágenes de virus / bacterias como la mía.
La repulsión no es lo que generalmente buscamos en la experiencia de nuestros clientes y empleados, pero es el desencadenante psicológico que afectará su comportamiento.
Mi modesta propuesta es etiquetar cualquier elemento en el entorno que pueda ser un medio de transmisión del virus, como pasamanos, mostradores y otros elementos comúnmente tocados. Idealmente, estas etiquetas usarían un adhesivo que permitiría una fácil remoción cuando la crisis actual haya terminado.
Sin embargo, agregaré que este enfoque no se ha probado.
¿Podría incluso la exposición a corto plazo a estas imágenes en lugares inesperados conducir a un cambio de comportamiento a largo plazo? Con nuestra mayor conciencia de infección hoy, creo que la respuesta es «sí».
A nuestros cerebros no les gustan los microbios, y evitar los imaginarios puede ayudarnos a evitar los reales que amenazan la vida.
Puedes leer el artículo original en inglés aquí.
Comunicadora social, amante de la música, las letras y la cocina, sin importar el orden en el que aparezcan. Ávida de conocimiento y aprendiz permanente de la vida.