No es la primera vez que alguien aborda los mitos populares que rodean al cerebro, de hecho ha sido discutido incluso por nosotros. A pesar de que la información en esta época es mucho más accesible para todos, nadie se molesta en verificar si lo que se dice es cierto.
Por eso es importante refrescar algunos de estos “cuentos” que se han extendido mucho respecto al ejecutor central del sistema nervioso.
El cerebro y las leyendas en torno a él:
Las emociones negativas impactan nuestro cerebro
Cuántas veces no has escuchado que es mejor ser una persona “fría”, es decir, aquella que todo lo hace de una manera coherente y racional porque carece del lastre de las emociones. Esa persona no se deja llevar por las circunstancias emotivas del momento.
Diversos estudios han manifestado que esta es una falacia, ya que a través de distintos estudios que se encargan de monitorear la actividad cerebral y su relación con las emociones, como los que se llevan a cabo para medir las respuestas del consumidor, se ha comprobado lo contrario.
Las emociones se parecen mucho a una brújula que se ocupa de guiar por caminos seguros al componente cognitivo, previniendo al sujeto de optar por cualquier solución que pudiese resultarle negativa o adversa.
Los expertos también han sido capaces de constatar que cuando existe ausencia de emociones, las personas incrementan sin desearlo la posibilidad de cometer un error en la decisión que están por tomar.
Es decir que las emociones sí que son un asesor importante cuando estamos sopesando algo importante, el truco es mantenerlas bajo control con nuestro gestor racional, irónicamente en este caso es precisamente de quien hablamos, el cerebro.
Tenemos un conteo limitado de neuronas que no puede extenderse
Una creencia bastante extendida es aquella en la que se afirma que la persona nace, crece, se desarrolla, y muere con una cantidad específica de neuronas, y que no es capaz de generar nuevas a lo largo de toda su vida útil.
En ese sentido se cree que lo único que puede incrementarse son las conexiones que surgen entre esas neuronas, un proceso que se desarrolla a partir del aprendizaje y la interacción que genera la experiencia de vivir.
Ello ocurriría en un contexto de neuronas límite, un número específico que no cambia ni se modifica. Los expertos en el nacimiento de nuevas neuronas, la llamada neurogénesis han postulado algo distinto al respecto.
De acuerdo a un trabajo académico de nombre “Neurogénesis en el cerebro adulto” , el sistema nervioso central continúa generando nuevas neuronas a lo largo de la vida en varias de las áreas corticales del cerebro.
Las claves para estimular ese nacimiento de neuronas están en la práctica de las actividades aeróbicas y cardiovasculares, una alimentación balanceada, y un sueño equilibrado.
Sólo utilizo el 10% de mi cerebro
Mundialmente famosa, esta frase ha sido tan eficiente como la mejor campaña publicitaria de la historia. Se ha encargado de difamar al cerebro a escala casi universal, y se repite con tanta seguridad que es necesario comenzar a desmitificarla.
Comencemos por el hecho de que si una persona utilizara única y exclusivamente el 10% de su cerebro, probablemente no podría hacer nada, incluso caminar, dibujar, o articular una sola sílaba.
El simple hecho de levantar la cabeza para verte en el espejo por la mañana y hacerte un gesto hace que una buena cantidad de neuronas se ponga a trabajar para poder siquiera reconocer la imagen que devuelve el espejo y que seas capaz de identificarla.
Al tiempo que tus neuronas van de aquí para allá para poder realizar esa tarea. Tu corteza premotora se acompaña de la motora para que tu rostro comience a dibujar cualquier cosa parecida a un gesto. El cerebelo hará su parte para motivar el trabajo muscular.
A ello se suman las regiones prefrontales, la neuronas espejo, así como el sistema límbico y las dos amígdalas cerebrales. ¿A que esto suena a un poco más del 10% o no? Y en un ejercicio tan burdo y cotidiano como este.
La actividad cerebral con todas sus implicaciones comienza a decaer a los 40 años
Una de mis favoritas. Motivo de complejos y preocupaciones por igual entre multitud de personas que rozan o que ya están bien entraditos en la década de los 40.
Distintos expertos aseguran que el cerebro comienza a entrar en un período de madurez temprana a los 30 años, y que no termina de consolidarse hasta que se alcanza la barrera de los 40.
De inicio no tiene lógica que la decadencia suceda al momento de la consolidación. Si así fuera las personas pasarían por una rápida degeneración cognitiva que no dejaría tiempo para nada. Pero esto no quiere decir que estés exento de manifestar responsabilidad hacia la salud de tu cerebro.
Si quieres que se mantenga sano y que logre esa consolidación debes ejercitarlo. De nuevo entran aquí en juego el ejercicio, una alimentación balanceada, y el equilibrio en el sueño. Una verdadera exigencia intelectual estimula de manera favorable tanto la neurogénesis como la plasticidad neuronal.
El CI y sus pruebas definen lo inteligente que soy
Desde hace algunos años se han hecho muy populares los tests estandarizados que evalúan la inteligencia.
Son especialmente cotizados en el ámbito escolar y muchas veces tienen el efecto, nada agradable, de encasillar a los niños, ya que generan expectativas injustificadas y negativas acerca de ellos en base a sus resultados.
Los resultados de estas pruebas no son definitivos y se basan únicamente en una estimación. Pues se ha comprobado que la inteligencia no es estática y que de hecho se desarrolla o se estanca dependiendo de que tanto la estimulemos. Así que tu nota a los 7 años puede no ser la misma que a los 23.
La inteligencia de una persona no se basa en los resultados de una prueba, sino que es definida por varios aspectos entre los que se encuentran el vocabulario, la comprensión, las habilidades numéricas, organizacionales y sociales.
Hay además varios tipos de inteligencia. Según el psicólogo e investigador especializado en educación, Howard Gardner, las inteligencias son múltiples, y así nos habla de 8 tipos distintos de inteligencia a saber:
Las habilidades verbales, matemáticas, espaciales, cinestésico-corporales, musicales, intrapersonales, interpersonales, y naturalistas.
Y bien ¿Qué opinas, nos faltó alguno que consideres relevante?