La muerte de la Reina Isabel II ha provocado luto en el Reino Unido, que se manifestó en reuniones públicas alrededor del Palacio de Buckingham, en Londres.
Pero también fue notoria la multitud de manifestaciones de pesar en medios digitales, incluyendo las condolencias de varios líderes mundiales.
Por supuesto, la gran mayoría de las personas que han expresado su pesar por el fallecimiento de la Reina, nunca la conocieron en persona.
Entonces, nos preguntamos ¿Por qué sentimos el pesar por el fallecimiento de una persona que no conocimos?
¿Sentimos el dolor por un desconocido, con la misma magnitud que experimentamos el dolor por una persona que conocimos? Obviamente no, pero es interesante que pueden haber algunas similitudes marcadas.
Efectos del luto en el cerebro
Si bien muchas personas asocian el duelo con una pérdida o muerte, no siempre es así. Las personas también pueden sufrir al adaptarse a cualquier tipo de nueva normalidad.
“Tal vez tu casa se acaba de convertir en un nido vacío o te acabas de jubilar”, dice Jannel Phillips, Ph.D., neuropsicólogo de Henry Ford Health.
“Las emociones que experimentas se parecen al duelo, y debajo de ese duelo hay cambios neurológicos que ocurren en el cerebro”.
Varias regiones del cerebro juegan un papel en la emoción, incluidas áreas dentro del sistema límbico y la corteza prefrontal. Estos involucran
- la regulación emocional
- la memoria
- la capacidad multitasking
- la organización y
- el aprendizaje
Cuando experimentamos el luto, una avalancha de neuroquímicos y hormonas bailan en nuestra cabeza. “Puede haber una interrupción en las hormonas que resulte en síntomas específicos, como trastornos del sueño, pérdida de apetito, fatiga y ansiedad”, dice el Dr. Phillips.
Cuando esos síntomas convergen, nuestra función cerebral se ve afectada. Es decir, si estamos abrumados por el dolor, es lógico que no percibamos nuestro entorno de la misma manera que lo haríamos cuando estamos en un estado de calma.
Entendiendo los tipos de luto en la sociedad
Luto por una persona cercana
Estar de luto por una persona involucra reflexionar sobre nuestra conexión y apego que teníamos con esa persona que ya no está presente físicamente.
Pero desde que se popularizó la televisión a mediados del siglo XX, y el internet a finales del mismo, parece que la sociedad ha ido entablando conexiones emocionales con personas desconocidas de diferentes ámbitos, que “nos acompañan” a lo largo de la vida, pero a través de los medios de comunicación.
El efecto de la mera exposición en los medios de comunicación
Personalidades como políticos, líderes religiosos, actores, deportistas, etc nos llegan a parecer cercanos por la constante aparición en los medios de comunicación.
En algún momento de nuestra vida, nos hemos llegado a identificar con alguna personalidad de la farándula, con algún deportista, o líder de pensamiento, a tal punto que sentimos que lo conocemos.
Indudablemente, la televisión, la radio y el internet juegan un papel determinante en la construcción de estos vínculos emocionales con personas desconocidas.
Probablemente aquí se aplique el fenómeno de la psicología social conocido como el efecto de la mera exposición, que consiste en que, mientras más estemos expuestos a un estímulo, más familiar y agradable nos parece”.
Es decir, la alta frecuencia con que vemos un rostro en los medios, va generando una familiaridad en nuestra mente que puede llegar a evolucionar a un vínculo emocional, aunque este sea unilateral.
El luto por una personalidad pública
¿Por qué llegamos a sentir dolor por la partida de una persona que en realidad nunca conocimos en persona? Especialmente cuando carecemos de una conexión cercana con ese individuo.
En muchos casos no se tienen anécdotas personales o experiencias compartidas uno a uno. No tenemos esos recuerdos entrelazados para reflexionar.
Como esa persona está fuera de nuestro alcance, es difícil crear una imagen de quién era realmente esa persona y qué significa para nosotros.
En lugar de reflexionar sobre una relación individual con un ser querido, después de la muerte de una figura pública, confiamos en las experiencias de la comunidad para un tipo de duelo colectivo que define la forma en que manifestamos nuestro duelo en medios digitales.
Sin embargo, la psicóloga Sara Losantos propone una opinión diferente al aseverar que el duelo colectivo no existe, en tanto que el duelo es una experiencia individual originada por la pérdida de un ser cercano. Losantos señala:
“No podemos en estos momentos apropiarnos de los seres queridos que no son nuestros. No toda la sociedad está en duelo, puede estar asustada, conmovida, preocupada, traumatizada, triste, pero no en duelo. Esto es porque el duelo no se procesa de forma colectiva, sino individual.
El duelo, los sesgos y las redes sociales
Debido a que la mayoría de nosotros no conocimos a la Reina Isabel II en persona, nuestra percepción de ella, sus cualidades, su personalidad, no está basada en hechos reales.
Por ejemplo, la opinión que una persona tenga de la Reina, puede estar influenciada por la línea de pensamiento de los medios de donde se informa, sus puntos de vista políticos, y entre ellos, su sentir sobre temas como el colonialismo.
Surgen entonces discusiones en redes sociales sobre temas que en otro momento hubiéramos considerado irrelevantes, como por ejemplo, cómo el Reino Unido a lo largo de la historia conformó los territorios de la Commonwealth en diferentes continentes.
Y aunque las posturas sean radicalmente diferentes, una sociedad madura es aquella que permite la expresión del luto, la muestras de respeto, pero también las expresiones de disconformidad con la monarquía y lo que esta significa para el resto del mundo.
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