El concepto «Vacuna Contra el Covid» está asociado con una carga emocional negativa en el cerebro de las personas.
¿Qué piensas cuando escuchas la palabra «vacuna»? ¿Qué piensas cuando escuchas la palabra «Covid»? Ahora bien, ¿Qué piensas cuando escuchas «vacuna contra el Covid»?
El uso de este concepto en un desarrollo de campañas de marketing no adecuadas han hecho que algunas personas tengan emociones negativas respecto a las vacunas contra el covid-19. NEUROKEY Y AUDIEMIZE, se unieron para realizar una investigación que brinda una mirada desde la neurociencia sobre los efectos que este término causa en la mente del ser humano.
Sus resultados demostraron que entre la población de hispanohablantes no vacunados, en un 84% de los casos se generaron de forma instantánea sentimientos positivos al oír o ver la palabra “VACUNA”, el otro 16% mostró una respuesta neutra, pero no negativa al concepto. Por otro lado, la palabra «COVID» generó en un 90% de las ocasiones, emociones
negativas.
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Este dato es trascendente porque significa que, a nivel comunicativo, el término “VACUNA” sigue conservando percepciones positivas, lo que le permite conservar también sus fortalezas como herramienta de comunicación vinculadas a los valores de PREVENCIÓN Y PROTECCIÓN.
Sin embargo, al realizar un análisis específico de la unión de palabras “VACUNA CONTRA EL COVID 19” se confirmó que la carga emocional negativa asociada al termino COVID, neutraliza la percepción positiva vinculada a la palabra “VACUNA”. Por lo tanto, al verlas unidas, el sentimiento predominante generado es de desconfianza.
Si se hubiera detectado este efecto desde el principio utilizando herramientas de neurociencia, habría sido posible optimizar la eficacia y rentabilidad de las campañas que giran entorno a este tema. Esto habría aumentando las posibilidades de cumplimiento del propósito último de la comunicación, el cual es aumentar el porcentaje de vacunados.
¿Cuáles son los desencadenantes que hacen que la palabra vacuna pierda su reputación emocional al vincularla con el COVID?
Los mayores problemas de desconfianza tienen que ver con una fuerte asociación a los valores de mentira, desinformación y efectos secundarios. Estos valores son tres veces superiores a aquellos que tienen asociaciones positivas con los conceptos de protección y prevención.
Las asociaciones de desconfianza relacionadas con este término, tienen componentes predominantemente políticos. Esto se debe a que el concepto gobierno genera 5.5 veces más desconfianza entre la población objetivo que las farmacéuticas, lo cual demuestra que el problema no es el mensaje en sí, sino el emisor del mismo.
Este hecho nos señala que el fenómeno de la predisposición a vacunarse traspasa las fronteras de lo estrictamente médico, para convertirse en una cuestión de comunicación, donde conocer: el qué se comunica, el cómo se comunica, y el quién comunica, sobre la vacuna COVID-19, se presentan como las preguntas esenciales para hacer más factible el éxito de las campañas de vacunación.
Es por eso que, en base a estos resultados, es aconsejable diseñar campañas de concienciación sobre la vacuna con las estrategias adecuadas que ayuden a las personas asociar el término con algo positivo. Por ejemplo, en el contexto de la pandemia, la neurociencia reafirma que el uso de figuras asociadas al campo de la salud como médicos,
enfermeras y farmacéuticos resultan muy positivas gracias a su legitimidad científica genera poco rechazo y a los sentimientos generalizados de agrado que despierta en la mente de las personas.