La estrategia de contenido se centra en atraer a la audiencia hacia una experiencia que la marca posee, construye y optimiza para alcanzar sus objetivos de marketing. Y en la neurociencia podemos encontrar la herramienta que haga la diferencia.
El cerebro humano constituye únicamente el 2% del peso corporal, pero para funcionar correctamente requiere el 25% del oxígeno y el 20% de la energía del cuerpo. Éste órgano en toda su complejidad ha sido siempre un gran misterio y la neurociencia, como disciplina académica, se ha dado a la tarea de desentrañarlo.
Con el estudio y la medición de las fluctuaciones eléctricas del cerebro se ha descubierto aquello que genera mayor grado de compromiso y preferencia en el comprador. Este conocimiento puede ser aprovechado por las marcas al momento de generar mensajes para mercadear sus productos.
La Dra. Carmen Sinmons, reconocida neurocientífica, afirma que para tener éxito en con la estrategia de contenido es necesario:
Uno de los principales aspectos a tomar en cuenta en una estrategia de contenido es que el cerebro es perezoso. Esto es así porque intenta conservar energía, entonces funciona por reflejo o hábito, lo que resulta más fácil, en contraposición a analizar cada decisión. Pero hace que el trabajo de la estrategia de contenido sea más arduo.
Reconocer que tus audiencias (al igual que todos nosotros) tienen un ‘cerebro perezoso’ es una importante revelación para entender mientras creas e implementas tu estrategia de contenido. Tienes que apreciar que el viaje del comprador potencial del punto A al punto B no es una línea directa. Y para asegurarte de ser parte de este viaje a través del punto B, debes enfocarte en sus intenciones futuras -George Stenitzer*
Estas son 5 maneras sugeridas por la revista Forbes en que se puede aprovechar el conocimiento generado por la neurociencia para mejorar y refinar una estrategia de contenido, dándole una sacudida a los cerebros perezosos:
Usar emociones para despertar el cerebro
El cerebro saldrá de su “modo automático” y empezará a registrar recuerdos y analizar cuando las emociones entran en juego. Mientras más intensa la emoción, más atento estará.
Una intensa emoción positiva hará que el cerebro despierte para hacernos disfrutar. Una intensa emoción negativa también lo despertará, pero ésta vez para protegernos o aislarnos de la experiencia negativa.
Por lo tanto, el contenido que apela a las emociones activa el cerebro haciéndolo más receptivo a retener la información que le brindamos.
Apelar al instinto de supervivencia del cerebro
La evolución a hecho que el cerebro busque siempre la mejor manera de mantenernos vivos y ayudarnos a sentirnos bien con nosotros mismos.
Si generamos contenido que acaricie el ego del comprador o que lo haga sentirse bien consigo mismo aumentan las posibilidades de recepción positiva.
Complacer el deseo de familiaridad del cerebro
El cerebro desea consistencia y comodidad en su interacción con el mundo que le rodea, cuando reconoce patrones que le resultan familiares reacciona produciendo dopamina, un neurotransmisor responsable del placer.
Entonces, es recomendable que el contenido que generamos incluya fuentes, patrones, imágenes, gráficas y colores que le resulten familiares al cerebro del comprador.
Ayudar al cerebro a evitar la complejidad
Si nuestro cerebro interpreta algo como difícil de interpretar o procesar, se transforma en una tarea complicada que consume mucho tiempo.
Nuestro contenido debe ser tan simple y directo como sea posible para el lector. Se debe eviar el uso de fuentes difíciles de leer, gráficos complejos o bloques de texto demasiado largos.
Sorprender al cerebro con elecciones de palabras inesperadas
Con la intención de procesar la información más rápido, nuestro cerebro hace predicciones de palabras y construcciones de oraciones al leer. Pero si una palabra rompe con lo que el cerebro había predicho lo estimulará y despertará.
Por ejemplo, si leemos la frase “el dinero no crece en ________”, es muy probable que el cerebro prediga que la frase terminará con las palabras “los árboles”. Pero si el contenido que generamos dice “el dinero no crece en pantalones de diseñador”, el cerebro despierta y su interés se activa.
La idea es aprender a usar juegos de palabras y moldear el lenguaje a nuestro favor.
Puedes leer el artículo original en inglés aquí: http://www.contentcurationmarketing.com/apply-cognitive-neuroscience-for-better-content-marketing/
*George Stenitzer: ganador del premio Content Marketer of the Year de CMI (contentmarketingawards.com).
Comunicadora social, amante de la música, las letras y la cocina, sin importar el orden en el que aparezcan. Ávida de conocimiento y aprendiz permanente de la vida.