Los supermercados se han convertido en laboratorios de neuromarketing para fomentar el consumo, más en fechas señaladas. Las flores, la música, los olores, el tamaño de los carritos…
Carlos Centeno nos comenta que, al entrar en el supermercado, lo primero que encuentra casi siempre es la sección de flores y, un poco más allá, la frutería. Es de fijarse cómo es que el pan y la leche están diametralmente separados, cada uno en un extremo de la tienda y justo al fondo. Y hay que prestar atención a la música que suena en ese momento: le dará pistas sobre cuánta gente hay comprando.
Ninguno de estas características es casualidad, sino que responden a las técnicas de neuromarketing. Porque todas las grandes superficies comerciales son en realidad enormes laboratorios donde los expertos estudian a diario al consumidor. Y donde todo, desde la colocación de los productos hasta los olores, tiene una explicación estratégica. Por ejemplo:
- Las flores reciben al cliente porque poseen un efecto calmante, al igual que las frutas y las verduras frescas, dejando en claro que nos adentramos a un espacio saludable.
- Numerosos clientes van a diario al supermercado solo por el pan y la leche, así que colocando estos productos al fondo de la tienda y en rincones opuestos, se les obliga a recorrer forzosamente todos los pasillos.
- La música que inunda el local también influye; habitualmente será lenta y agradable para que nos recreemos haciendo la compra a su ritmo, pero cuando haya mucha gente y los responsables del supermercado quieran que nos demos prisa, será más «marchosa» y estará mucho más alta. Toda una invitación a que nos marchemos cuanto antes.
La manera de comprar está cambiando mucho. El neuromarketing nos permite conocer las conductas del consumidor y actuar sobre ellas para moldearlas en funcion de nuestros intereses.
Lo dice Paco Arribas, director general del Inside Brain, un centro de neurociencias aplicadas al ámbito de la economía, donde realizan estudios para optimizar las ventas utilizando sentidos como el olfato y la vista.
La lista de técnicas que emplean los investigadores es tan extensa como curiosa. En muchas tiendas no solo graban en video, sino que también existen aparatos termográficos en el techo que permiten confeccionar «mapas de atención», que metódicamente reflejan cómo actúan los clientes, hacia dónde se dirigen y en qué puntos se detienen.
Pero eso no es todo, hay muchos otros lugares en donde aplican técnicas de neuromarketing y muchas veces no nos damos cuenta, si no lo crees te invito a que leas Neuromarketing como ingrediente secreto de los Restaurantes, y te darás cuenta de lo que me refiero 😉
Guatemalteca, amante de las artes, del cine y de la música, diseñadora gráfica, fotografa y músico de vez en cuando.