¿Te consideras sensible? ¿Lloras frecuentemente? ¿Las películas te hacen llorar, derramar grandes lágrimas? ¿Lloras con una canción?
Muchas personas no se limitan ni en funerales ni con poemas emotivos. Sus lágrimas no se limitan a estos momentos: lloran en bodas y graduaciones, al leer sobre actos extraordinarios de bondad o al experimentar algo asombroso como un eclipse. Sus lágrimas pueden expresar una amplia gama de emociones: alegría, tristeza, empatía o asombro.
Aunque no todos lloran tanto, el llanto sigue siendo una experiencia profundamente humana. Sin embargo, hasta hace poco, los científicos no entendían completamente por qué lloramos o qué efecto tiene en nosotros, basándose en suposiciones de teorías psiquiátricas o filosóficas.
En las últimas dos décadas, la ciencia del llanto ha avanzado, revelando teorías interesantes sobre su papel en nuestras vidas. Si bien el llanto excesivo puede ser un signo de depresión, también ayuda a manejar el estrés emocional y a obtener apoyo de los demás, fomentando conexiones sociales y una sociedad más compasiva.
Los orígenes del llanto
Desde el nacimiento, los bebés comunican sus necesidades a través del llanto, provocando cuidados esenciales para su supervivencia. Sin embargo, se cree que solo los bebés humanos derraman lágrimas y que este llanto pudo haber evolucionado para protegerlos de los depredadores mediante una señal de angustia no vocal.
A medida que crecemos, seguimos llorando por razones más allá de la incomodidad o el dolor. Lloramos por tristeza o pérdida, con lágrimas que subrayan nuestro dolor. También podemos llorar de alegría, como en bodas y graduaciones, o por frustración e impotencia, o al presenciar actos de bondad extrema.
Ad Vingerhoets, de la Universidad de Tilburg, ha estudiado el llanto durante décadas. En una charla TED de 2022, explica que personas de cualquier edad pueden llorar por pérdida o impotencia.
Sin embargo, los adultos son más propensos a llorar por nostalgia, asombro, empatía o al presenciar actos morales, sugiriendo que el llanto se vuelve más prosocial con la edad.
Cómo el llanto nos ayuda a calmarnos
Cuando ella llora, siente una liberación de tensión o catarsis que la hace sentir mejor. No está sola. Muchas personas encuentran que el llanto libera hormonas como endorfinas y oxitocina, que inducen bienestar.
Sin embargo, llorar no siempre mejora la salud o la resiliencia. Un estudio de Vingerhoets y sus colegas encontró que llorar durante una película triste no mejoraba la tolerancia al estrés. Sin embargo, aquellos que lloraron mostraron una respiración más estable y una frecuencia cardíaca que volvía a la normalidad más rápidamente, sugiriendo que el llanto puede ayudar a recuperar el equilibrio fisiológico.
Aunque llorar puede ser reconfortante, no todos se benefician igual. Las mujeres que lloran más a menudo tienden a sentirse mejor después de llorar, mientras que aquellas que lloran menos prefieren reprimir las lágrimas. Los hombres también informan beneficios del llanto, especialmente en contextos socialmente aceptables como funerales.
Los beneficios interpersonales del llanto
- Llorar es una llamada de socorro que comunica a los demás que estamos abrumados, estimulando su cuidado y empatía, incluso de extraños.
- Las lágrimas pueden hacer que los demás nos vean como menos amenazantes y más dignos de confianza, y pueden facilitar el perdón y la reconciliación en situaciones de conflicto.
Un estudio internacional con más de 7 mil personas de 41 países mostró que los rostros con lágrimas provocaban una mayor intención de ofrecer consuelo, independientemente de género o país de origen. Las lágrimas evocan calidez, empatía y conexión, aunque la respuesta puede variar según la empatía individual y la pertenencia a un grupo.
El contexto también importa. Un hombre que llora en el trabajo puede ser visto de manera menos positiva que en un funeral. Si las lágrimas parecen manipuladoras, es menos probable que provoquen simpatía. Aun así, llorar no suele dañar nuestra reputación y, en general, fomenta vínculos sociales más fuertes.
En resumen, llorar puede mejorar nuestro bienestar y fortalecer nuestras conexiones sociales, promoviendo una sociedad más compasiva.