Un equipo multidisciplinario de investigadores está descubriendo qué hace que algunas sociedades vivan en paz sostenible.
Un adelanto curioso: esta investigación encontró que uno de los ingredientes más importantes para la paz sostenible es la proactividad (como antónimo de pasividad) para cultivar relaciones constructivas entre sociedades.
Otro factor clave es la conciencia de las implicaciones de la ausencia de paz.
Es decir, las sociedades más pacíficas no son ignorantes en temas del impacto de los conflictos, sino trabajan proactivamente para evitarlos.
Dicho de otra forma y como muestra Pictoline, uno de los componentes más importantes del conflicto, es la indiferencia.
A pesar de los conflictos actuales, es posible pensar en la paz
Las noticias de la invasión a Ucrania y las imágenes de sus ciudadanos huyendo hacia países vecinos, son abrumadoras.
En los últimos meses nuestros canales de contenido han dado cobertura a la infame invasión de Rusia en suelo ucraniano: desde los medios más serios como Reuters o Associated Press, hasta las redes donde normalmente prolifera el contenido de entretenimiento como TikTok, el contenido sobre el conflicto parece estar en todos lados.
En esta complicada coyuntura actual, es esperanzador conocer que también hay varias sociedades que están prosperando en el sostenimiento de la paz.
Estas son comunidades que han descubierto cómo vivir en paz, internamente dentro de sus fronteras, externamente con vecinos, o ambos, durante 50, 100, incluso varios cientos de años.
Este simple hecho refuta directamente la creencia generalizada de que los humanos son innatamente territoriales y están programados para la guerra.
La paz no es sólo la ausencia de la guerra (o no debería serlo)
Desafortunadamente, nuestra comprensión de las sociedades más pacíficas está limitada por el hecho de que rara vez se estudian.
Los seres humanos estudiamos principalmente las cosas que tememos:
- el cáncer
- las secuelas del COVID-19
- la depresión
- la violencia
- la guerra
Si te das cuenta, hemos estudiado principalmente la paz en el contexto o después de la guerra.
Cuando se estudian lugares pacíficos, los investigadores (al igual que las Naciones Unidas) tienden a centrarse principalmente en la paz negativa, o las circunstancias que mantienen a raya la violencia.
Si haces un breve recuento del contenido de los medios digitales en los últimos años, el foco de atención ha estado en temas como:
- violencia de género
- violencia psicológica
- violencia económica, etc
Pero poco se habla de temas como la construcción de paz entre géneros, la paz psicológica, o la paz económica. ¡Puede ser que sea la primera vez que escuches estos conceptos!
De la misma manera, las investigaciones académicas no le han puesto el mismo interés a la paz positiva, o las cosas que promueven y sostienen una paz más justa, armoniosa y prosocial.
Como resultado, sabemos mucho más sobre cómo salir de la guerra que sobre cómo construir comunidades prósperas y pacíficas.
Porque la paz es mucho más que la ausencia de guerra ¿Nos vemos el 21S a las 19.00 en la Plaza de Callao de #Madrid? https://t.co/hK0dXV6dxu pic.twitter.com/BlfB6WxCas
— Movimiento x la Paz – MPDL (@MovimientoxlPaz) September 13, 2017
Encontrando el origen de la paz sostenible
La ciencia podría desempeñar un papel crucial en la especificación de los aspectos de la vida comunitaria que contribuyen al mantenimiento de la paz.
En respuesta a la brecha en nuestra comprensión de cómo mantener la paz, un grupo ecléctico de académicos, comenzó a reunirse en 2014 bajo el proyecto Sustaining Peace Project.
Dentro de este grupo de académicos figura la politóloga costarricense especializada en gobernanza democrática en América Latina Tatiana Benavides, quien es posiblemente la única representante de Latinoamérica en este grupo.
El proceso de este grupo hasta la fecha ha sido tortuoso pero fructífero.
Comenzó con una inmersión en la ciencia publicada sobre la paz, que les ayudó a identificar a algunos de los académicos más influyentes en esta área.
El enfoque de Sustaining Peace Project es simple:
«La dinámica central responsable del surgimiento de relaciones pacíficas sostenibles en las comunidades son las miles o millones de interacciones recíprocas diarias que ocurren entre miembros de diferentes grupos en esas comunidades, y el grado en que las interacciones más positivas superan a las negativas.»
Cuanta más reciprocidad positiva y menos reciprocidad negativa entre miembros de diferentes grupos, más sostenible será la paz.
En otras palabras, la paz no es solo la ausencia de violencia y guerra, sino también que las personas y los grupos se lleven prosocialmente entre sí: la cooperación, el compartir y la bondad que vemos en la sociedad cotidiana.
Mantener la paz pasa por la reciprocidad positiva: te muestro una bondad y tú me haces un favor a cambio, multiplicado en todo el mundo social un millón de veces.
¿Cuáles son los países más pacíficos del mundo?
Varios estudios y publicaciones apuntan a que los países más pacíficos del mundo son:
- Las naciones nórdicas
- Nueva Zelanda
- Australia
- Costa Rica
- Singapur
- Emiratos Árabes Unidos
- República Checa
- Canadá y
- Qatar
Tatiana Benavides describe en este hilo, algunos beneficios que ha tenido Costa Rica luego de poner la paz como una de las prioridades del país:
Después de la abolición del ejército en CR, entre 1948 hasta 2010, se produjeron en la región 97 intentos de golpes de Estado, 21 episodios de violencia política internacional, 134 episodios de violencia política civil y 35 de violencia étnica. CR estuvo al margen (excep 1951).
— Tatiana Benavides Santos (@tabenavides) December 1, 2021
Los sistemas de paz desmienten la naturaleza bélica de las sociedades
Entendemos por sistemas de paz a los grupos de sociedades vecinas que no sólo viven en paz, sino cooperan mutuamente. Existen casos antropológicos e históricos de tales sistemas sociales no beligerantes a lo largo del tiempo y en todo el mundo.
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Ninguna de las cinco naciones nórdicas, por ejemplo, se han enfrentado en el campo de batalla durante más de 200 años.
Otros ejemplos de sistemas de paz incluyen 10 tribus vecinas de la cuenca brasileña del río Xingú, los cantones suizos que se unificaron para formar Suiza en 1848, la Confederación Iroquois y la Unión Europea.
La mera existencia de sistemas de paz desafía la suposición de que las sociedades en todas partes son propensas a declarar la guerra a sus vecinos, y lo que los investigadores han extraído del estudio de estas sociedades es prometedor.
La paz sostenible es una virtud que debe cultivarse
El grupo de académicos empezó a recopilar toda la evidencia relevante sobre la reciprocidad intergrupal positiva o negativa.
Por ejemplo, los estudios sobre Mauricio, la nación más pacífica de África, han encontrado intencionalidad en la forma en que los miembros de diferentes grupos étnicos hablan entre sí en público.
Los mauritanos de todas las tendencias tienden a ser respetuosos y cuidadosos en sus encuentros diarios con los demás.
Esto incluso se traduce en diferencias en cómo los periodistas y editores informan las noticias, y cómo los maestros, los políticos y el clero asumen sus roles en la sociedad.
Estos hallazgos sugieren que los ciudadanos de esta nación tan diversa no dan por sentado su paz, sino que reconocen que debe cultivarse y protegerse.
Lo que las sociedades pacíficas tienen en común
Incluso un vistazo superficial a los hallazgos de Sustaining Peace Project da una idea de la naturaleza compleja del origen de la paz sostenible en las sociedades.
“Hemos encontrado que hay muchos caminos diferentes hacia la paz tanto a través de nuestra revisión de la ciencia como de nuestras conversaciones con miembros de la comunidad que viven en paz.”
– Peter T. Coleman, profesor de la Universidad de Columbia.
De hecho, la mayoría de las sociedades que actualmente se clasifican como altamente pacíficas llegaron a la paz a través de procesos muy diferentes.
Sin embargo, cuando el equipo de investigación comparó sistemáticamente una muestra de sistemas de paz con un grupo de comparación seleccionado al azar, descubrieron que tienden a compartir ciertos puntos en común:
Identidades comunes generales, como identidades nacionales o regionales compartidas (como africanos, latinoamericanos o cristianos) que enfatizan los puntos en común entre diferentes grupos étnicos.
Mayor interconexión positiva e independencia en los ámbitos de la economía, la ecología y la seguridad. En otras palabras, tienen espacios públicos, instituciones y actividades que reúnen a miembros de diferentes grupos y les ayudan a darse cuenta de que sus destinos están estrechamente vinculados.
Normas, valores, rituales y símbolos de no guerra más fuertes, como conmemoraciones de pacificadores exitosos y monumentos que celebran la prevención de la guerra.
Los investigadores han descubierto que el contribuyente más importante a la paz son las normas de no guerra, seguidas por los rituales de no guerra, los valores de no guerra, las dependencias de seguridad mutua, las instituciones superiores, e interdependencia económica.
Esto sugiere que el desarrollo de normas que apoyen las relaciones sociales recíprocas positivas puede ser más importante para la paz de lo que se suponía anteriormente.
Lenguaje de paz en la prensa. Los investigadores han desarrollado una técnica para medir y rastrear el poder del discurso de paz: lenguaje pacífico para construir y mantener comunidades más pacíficas.
Los hallazgos preliminares son prometedores: el periodismo en lugares pacíficos parece emplear un lenguaje de naturaleza más relajada, abierta y lúdica, mientras que los reportajes de sociedades no pacíficas reflejan un lenguaje más estricto, cerrado o burocrático.
Un mayor grado de liderazgo por la paz de parte de políticos, corporaciones, clérigos y activistas comunitarios que ayudan a establecer una visión y establecer un rumbo hacia la paz.
El liderazgo de la paz ocurrió, por ejemplo, cuando el profeta de la paz nativo de Norteamérica unificó cinco tribus en guerra y reemplazó las armas de la guerra con el diálogo y la búsqueda de consenso.
Otros bastiones de la paz como Costa Rica y la U.E. han evidenciado un liderazgo visionario similar para la paz.
Cuando estas diferentes variables de paz se alinean y se refuerzan entre sí, a menudo se crean círculos virtuosos que se vuelven más resistentes a las condiciones cambiantes. Esto es la esencia de la sostenibilidad.
Todavía hay mucho que aprender.
Es vital recordar que la paz existe hoy en día en bolsillos de todo el mundo, y que cuanto más estudiemos y aprendamos de tales sociedades, mayores serán nuestras posibilidades de construir un sistema de paz global para todos.
La paz es posible, y cuanto más la entendemos, más probable se vuelve.
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