El café tiene un impacto significativo en nuestro cerebro, que lo convierte en una eficiente herramienta de neuromarketing.
Recientemente dos estudios independientes llegaron a la misma conclusión: beber café reduce el riesgo de una muerte prematura. La razón se encuentra en sus componentes antioxidantes y no en la cafeína. Así que los beneficios son exclusivos del café y no de cualquier bebida con cafeína.
Esta noticia conectó conmigo de forma emocional inmediatamente, porque con tan solo mencionar la palabra “café” una sonrisa se dibujó en mi rostro. Por lo que he podido investigar, no soy la única persona a la que le pasa esto.
Sucede que el café tiene un impacto muy fuerte en el cerebro humano. Muchas veces, no hace falta siquiera beberlo, tan solo el aroma desencadena una serie de reacciones físicas y emocionales.
Qué le hace el café al cerebro
Empecemos por hablar de lo que ocurre cuando lo bebemos. Hace ya varios años un grupo de científicos australianos encontró que la cafeína nos hace estar más alerta, impactando en las zonas del cerebro responsables de la memoria a corto plazo.
Por medio de resonancia magnética se identificaron que las zonas del cerebro que más se activan al beber café son el lóbulo frontal y el cíngulo anterior, asociadas con la memoria y la atención.
Tan solo el aroma del café tiene un gran poder. Por años ha sido un hecho conocido que oler café recién hecho por las mañanas ayuda a despertarnos y a mantenernos alerta. En un experimento realizado con ratas a las que se les había privado del sueño, se encontró que el aroma del café hacía que el cerebro enviara la señal para segregar ciertas proteínas conocidas por sus funciones antioxidantes.
El experimento es interesante, porque las ratas carecen de un componente puramente humano que determina en gran medida cuánto disfrutamos de un café: las emociones. Esto explica por qué aún quienes no beben café, disfrutan de su aroma.
Recordemos que en los humanos las emociones y los aromas están estrechamente relacionados. Así que cuando le agregamos el componente emocional al entrar a una habitación que huele a café, es probable que se activen recuerdos como la casa de los abuelos o cierto lugar o momento muy querido.
Otro experimento demostró que ciertos matices en el aroma del café desencadenan estados de ánimo ligeramente distintos. Por ejemplo, los tostados más ligeros permitían a las personas enfocarse mejor, mientras los aromas a tostado más robusto resultaban más relajantes.
Por último, debes saber que la temperatura también juega un papel importante. Resulta que el calor físico que experimentamos al sostener una taza con café también influye en tu comportamiento y percepciones.
Dos investigadores de las Universidades de Colorado y Yale realizaron experimentos en los que pidieron a sujetos de estudio que califican a otras personas mientras sostenían bebidas frías o calientes.
Resulta que el calor físico de una bebida hacía que los sujetos calificaran como “más cálidas” a las otras personas, mientras tenían una actitud más generosa y confiada, en comparación a quienes sostenían una bebida fría.
El café como herramienta de neuromarketing
Sí, el café tiene un impacto profundo en nuestro cerebro, por su sabor, aroma, temperatura, la forma en la que nos hace recordar y comportarnos. ¿Cómo puedo aprovechar estos conocimientos en el neuromarketing? Aquí hay 3 ideas:
Permitir que el ambiente tenga un aroma a café:
El olor del café tiene la característica de resultar agradable a la mayoría de las personas y suele asociarse con recuerdos felices. Tus clientes potenciales probablemente estarán de mejor humor.
Al mismo tiempo, estarán más alertas y su memoria más receptivas, así que aunque no compren algo en el momento, probablemente el aroma ayudará a recordarán mejor tus productos o los mensajes de marketing que haya en tu tienda al momento de su visita.
Reunirse para tomar un café en lugar de una bebida fría:
Tendrás mejores resultados si te reúnes en torno a un café caliente, que si lo haces con bebidas frías. De igual forma, si estás en un lugar que tú controlas, siempre ten listo el café, primero para que el aroma inunde el lugar, luego para ofrecerlo antes que cualquier otra bebida.
Brindarle a la otra persona una bebida caliente, preferiblemente café
Cuando te reúnas con alguien entrégale un café caliente, preferiblemente en una taza sin asa, para que sus manos estén en contacto con el calor.
Si vas a reunirte en otro sitio, intenta escoger una cafetería en la que vendan el café en vasos para llevar, porque cumplen con la característica de no tener asa. También puedes simplemente llevarle un café caliente en uno de estos vasos a la persona con la que vas a reunirte, sin importar el lugar. El detalle no pasará desapercibido.
Te identificarán rápidamente como una persona atenta y cálida, además que te será más fácil generar un vínculo de confianza.
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¿De qué otra forma usarías tú el café en el neuromarketing? Déjanos tus comentarios.
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