La neurociencia juega un papel clave en el diseño de un producto, ya que se ocupa de buscar cómo reacciona nuestro cerebro ante los estímulos presentados.
La neuroestética pretende conocer cuáles son los estándares universales de la belleza, separándolos de lo que son gustos personales o estilos y modas pasajeros, y para ello se sirve de toda la potencia de las resonancias magnéticas funcionales para analizar lo que ocurre en nuestro cerebro durante la contemplación de la belleza y la fealdad.
Así como distingue lo bello, el cerebro también lo hace con lo que considera feo. Según Zeki cuanto se aprecia la belleza del objeto, mayor es la intensidad de la actividad en la corteza orbito frontal medial. En cambio, si es algo considerado estéticamente feo, la actividad se localiza en la amígdala y la corteza motriz.
La influencia que tiene la neuroestética en el diseño es elevada, ya que gracias a esta ciencia comprendemos la precepción de nuestro producto visualmente, ocasionando que las empresas la incluyan en su estrategia de marca.
Vincular lo estético con el reflejo de lo emocional de la marca se considera como un factor determinante para ver un aumento en las ventas. El componente emocional es determinante al momento de la decisión de compra, ya que lo que mueve a los seres humanos es la emoción no la razón.
Al incluir la neuroestética en su estrategia de marca, la empresa, evidenciara un proceso más eficiente en todas las áreas de diseño y logrando ser más efectivos al momento de conectar con los consumidores.
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