El Día de Acción de Gracias no solo es sinónimo de gratitud y reuniones familiares, sino también de un sentimiento común después de la cena: somnolencia. A menudo se atribuye este efecto al triptófano, un aminoácido presente en el pavo, pero ¿es esta la única razón? el triptófano.
¿Qué es el triptófano?
El triptófano es uno de los 20 aminoácidos esenciales que forman las proteínas, según el Center for Food As Medicine, una organización sin fines de lucro. Cuando este compuesto llega al cerebro, se convierte en serotonina y melatonina, sustancias químicas relacionadas con la regulación del sueño.
¿El pavo realmente da sueño?
Aunque el consumo de triptófano está relacionado con una mejor calidad del sueño, no es el único responsable de esa sensación de cansancio después de la cena. Según la dietista Melanie Betz, fundadora de The Kidney Dietitian, «el pavo contiene una mayor concentración de triptófano en comparación con otras carnes, pero la química cerebral es mucho más compleja que eso».
Betz explica que el efecto somnoliento tiene más que ver con factores como:
- El tamaño de la comida: Una comida abundante envía la sangre hacia los intestinos para facilitar la digestión, lo que puede reducir el flujo sanguíneo al cerebro y generar cansancio.
- El consumo de alcohol: Las bebidas alcohólicas, habituales en estas festividades, tienen un efecto sedante que contribuye al sueño.
Más allá del pavo: otros alimentos ricos en triptófano
El triptófano no es exclusivo del pavo. Este aminoácido también está presente en otros alimentos como carne de cerdo, pescado, huevos, queso y semillas. De hecho, productos como las semillas de calabaza, el queso cheddar y el atún de aleta amarilla tienen una concentración más alta de triptófano que el pavo.
¿Por qué sentimos más cansancio en Acción de Gracias?
La fatiga del Día de Acción de Gracias es multifactorial. Además del triptófano, otros aspectos influyen en esa sensación de «coma alimentario», como:
- El ambiente relajado y festivo.
- El estrés previo a la celebración, que puede agotarnos antes de que la comida comience.
Entonces, el pavo no es el único culpable del sueño postcena. La combinación de una comida abundante, bebidas alcohólicas y un día lleno de emociones contribuye a este efecto tan característico de las fiestas.