Una simple película es una fuente de entretenimiento ampliamente popular que nos brinda la oportunidad de escapar de la realidad y sumergirnos en historias emocionantes, divertidas o inspiradoras. A menudo, nos encontramos disfrutando de películas repetidas veces, incluso cuando conocemos la trama de principio a fin.
¿Cuántas veces has visto y volverías a ver episodios de series como Friends, How I Meet Your Mother (HIMYM) o Los Simpson? ¿Te has encontrado recitando de memoria el monólogo de Trainspotting o del Rey León, a pesar de haberlos visto por última vez hace años? ¿Y qué hay de tus hijos? ¿Cuántas veces han visto películas como Cars o Frozen? Probablemente, la respuesta sea un par de veces… Pero, ¿por qué nos gusta tanto volver a ver las mismas películas una y otra vez?
Estudios han demostrado que, de cada hora dedicada a escuchar música, pasamos aproximadamente 54 minutos reproduciendo canciones que ya conocemos en lugar de explorar los últimos éxitos musicales.
A pesar del constante flujo de novedades en la cultura pop, tendemos a regresar una y otra vez a las mismas canciones, películas, libros o episodios. ¿Por qué? Hay varias razones.
Según un estudio realizado por las psicólogas Cristina Antonia Russell y Sidney Levy de la Universidad de Chicago sobre los hábitos de repetición, disfrutamos de esta práctica tanto por placer como por la oportunidad de revivir experiencias.
El acto de ver repetidamente una película nos permite descubrir nuevos detalles en nuestras escenas favoritas. Nos da la comodidad y satisfacción de sumergirnos en un ambiente familiar y seguro. Esta sensación de familiaridad puede traernos consuelo y alegría, ya que sabemos qué esperar y disfrutamos de lo que conocemos.
Al revivir estos momentos significativos de nuestras vidas, obtenemos experiencias más ricas que pueden conducir a una mayor introspección y crecimiento personal.
Este fenómeno también se observa en los niños, aunque en menor medida. El hecho de saber lo que va a suceder en una película les proporciona seguridad y comodidad.
Además, nuestras preferencias pueden cambiar dependiendo de nuestras emociones. Por ejemplo, podemos recurrir a comedias memorables cuando estamos felices y a dramas cuando estamos tristes.
Los estudios de Russell y Sidney Levy identifican cuatro motivos principales para repetir películas:
La repetición de películas, series y música puede ser una forma de buscar placer, confort emocional o reflexión. Entonces, si eres de los que disfrutan ver una y otra vez las mismas películas, series, etc., no te preocupes, ¡no estás solo! Este hábito puede ser más que solo entretenimiento; también puede ser una oportunidad para crecer y reflexionar sobre nosotros mismos.
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