Álbum del Mundial: ¿Por qué seguimos las conductas de otros?

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Estamos en plena época del Mundial de Fútbol y esta temporada trae consigo muchos comportamientos peculiares, como el intercambio de estampitas para completar el Álbum del Mundial.

Estas conductas que parecen surgir espontáneamente, en realidad se repiten cada cierto tiempo, reflejando que el comportamiento humano puede ser altamente predecible.

Todos sabemos que el fútbol es un deporte con fervientes seguidores, para los cuales, la Copa del Mundo es una experiencia casi religiosa.

Pero aparte de ese segmento de la población altamente enganchado con el deporte rey, hay otro segmento de la población que en realidad no está muy interesado por el fútbol, pero actúan como si en verdad fueran fanáticos.

Este otro segmento, que llamaremos, “los fanáticos de temporada” se caracteriza por seguir, hasta cierto punto inconscientemente, las conductas de las masas.

¿Por qué seguimos el comportamiento de los demás?

Es probable que pensemos tener el control de nuestros pensamientos y comportamiento.  Pero la psicología social cuenta una historia diferente.

La psicología social es el estudio científico de cómo los humanos pensamos y cómo nos relacionamos.

Pero una de las áreas de estudio más importantes de la psicología social es la influencia que las personas tienen sobre nosotros.  

Varias investigaciones muestran que no tenemos tanto control sobre nuestros pensamientos y comportamiento como pensamos, sino tomamos señales de nuestro entorno, especialmente de otras personas, sobre cómo actuar.

De esta cuenta, los “fanáticos de temporada”, compran su Álbum del Mundial y se aglomeran en centros comerciales para cambiar sus estampitas (figuritas o cromos), aún cuando en realidad no conozcan a otros jugadores más allá de Messi y Cristiano Ronaldo.

Álbum del Mundial: Cómo nos influyen los grupos

Somos seres sociales. Necesitamos estar en contacto con otras personas. Pero no con cualquier grupo de personas. Necesitamos encontrar nuestras tribus, ya sea que estas se formen alrededor de

• nivel socioeconómico
• grupo étnico
• intereses
• gustos, etc.

Pero independientemente del origen de las tribus a las que pertenecemos, parece haber una necesidad seminal: sentir que pertenecemos.

Entonces, cuando la gente compra el álbum del Mundial, no sólo está comprando un conjunto de pliegos decorados con la temática del fútbol, está comprando su pase a esa tribu de fanáticos, están comprando el sentido de pertenencia.

Copiar la conducta de otras personas nos produce paz

Hay una heurística que la mayoría de nosotros usamos para determinar qué hacer, pensar, decir y comprar: el principio de la prueba social.  

Para aprender lo que es correcto, observamos lo que hacen otras personas. Es decir, ante situaciones que nos generan un conflicto por la complejidad que nos representan, instintivamente descansamos en seguir la conducta de los demás.

Es un atajo fácil ante decisiones difíciles. Ese atajo no es necesariamente el mejor camino, pero nos alivia el saber que no somos los únicos con una determinada conducta.

La agencia Ondho define la prueba social como un fenómeno social y psicológico que se produce cuando los individuos copian el comportamiento de otros.

En su libro Influence: The Psychology of Persuasion, el psicólogo Robert Cialdini escribe: 

“Ya sea que la pregunta sea qué hacer con una caja vacía de palomitas de maíz en una sala de cine, qué tan rápido conducir en cierto tramo de la carretera o cómo comer el  pollo en una cena, las acciones de quienes nos rodean serán importantes para definir la respuesta”.  

¿Por qué los demás nos influyen tanto?

Claramente nuestro comportamiento es influenciado por el comportamiento de otras personas en nuestro entorno.  Una de las razones de esto es que vivimos en un mundo complejo.  

Usamos las decisiones de los demás como un atajo heurístico o mental para navegar nuestras vidas.  

El filósofo y matemático inglés Alfred North Whitehead dijo una vez: «La civilización avanza al ampliar el número de operaciones que podemos realizar sin pensar en ellas».

Nuestros ancestros estuvieron bajo constante amenaza. La aguda conciencia de los demás ayudó a nuestros antepasados a sobrevivir en un mundo peligroso e incierto. 

Y así de generación en generación, hemos heredado tales comportamientos adaptativos.

Estos comportamientos implican unirse y promover la armonía social. En un grupo de cazadores-recolectores, ser condenado al ostracismo o desterrado podría haber sido una sentencia de muerte.

Ahora sabemos que nuestro cerebro está cableado para buscar -y seguir- patrones de conducta. Que necesitamos la aceptación de los demás, y necesitamos sentir que pertenecemos.

Además, seguir la conducta de los demás, tiende a producir una sensación de tranquilidad, aunque sea una falsa sensación.

La reflexión sobre la influencia social puede llevarnos a una mayor conciencia de nosotros mismos y de nuestras relaciones con los demás.

Créditos imagen destacada: Movimiento Ciudadano Yucatán.

José Melgar

Consultor de Marketing Digital y Branding. Apasionado por el Neuromarketing y la tecnología que está cambiando la forma en que nos comunicamos.