El lamentable incidente de Alec Baldwin hace evidente que nadie está libre de accidentes o reacciones inadecuadas. Por eso, debemos aprender cómo lidiar con la culpa.
Si buscas en internet al actor Alec Baldwin, es difícil encontrar una foto donde no esté sonriendo, o con una expresión de quien está en la cima del mundo.
Pero en estos días, el actor está pasando por una tormeta de emociones que lo llevan a tener que aprender a gestionar la culpa, un sentimiento inevitable.
Durante la filmación de la película Rust, el actor Alec Baldwin accionó accidentalmente un arma de utilería, que estaba cargada con balas reales, y no de salva, como se supone debía estar.
El incidente causó la muerte de la Directora de Fotografía, Halyna Hutchins. El director de la película Joel Souza también fue alcanzado por uno de los proyectiles, pero siendo su herida en el hombro, afortunadamente no fue mortal.
Luego de que la noticia se difundiera por varios medios y se generara una conmoción social, empezaron a surgir varios detalles que no se habían conocido.
La ironía de la trama de Rust
Un detalle que para muchos había pasado desapercibido es que Rust, la película que se estaba rodando durante el fatídico accidente, trata de un caso similar a lo que ocurrió en la vida real.
La historia del western independiente, ambientada en la década de 1880, gira en torno a un niño de 13 años que es sentenciado a la horca por el asesinato accidental de un ranchero local, según un resumen de la trama publicado en IMDb.
Baldwin interpreta al abuelo del niño, un forajido llamado Harland Rust.
¿Cómo se siente Alec Baldwin tras este accidente?
Pero un aspecto al que no se le ha dado la cobertura necesaria, es el estado anímico y psicológico de Baldwin luego de esta devastadora experiencia.
El medio de noticias Deutsche Welle recogía las declaraciones del actor en este titular:
Según reportó la BBC, Baldwin se presentó personalmente a las oficinas del Sheriff del condado donde ocurrió el accidente y luego de declarar, testigos afirmaron haberlo visto llorando en el parqueo de las instalaciones.
En una publicación difundida en sus redes sociales, el laureado actor publicó las siguientes declaraciones:
“No hay palabras que expresen mi conmoción y tristeza por el trágico accidente que quitó la vida de Halyna Hutchins, una esposa, madre y colega nuestra, profundamente admirada.
Estoy cooperando totalmente con la investigación de la policía para determinar cómo ocurrió esta tragedia. Estoy en contacto con su esposo, ofreciéndole mi apoyo a él y a su familia.
Mi corazón está roto por su esposo, su hijo, y todos los que conocían y amaban a Halyna.”
1-
There are no words to convey my shock and sadness regarding the tragic accident that took the life of Halyna Hutchins, a wife, mother and deeply admired colleague of ours. I’m fully cooperating with the police investigation to address how this tragedy occurred and— AlecBaldwin(HABF) (@AlecBaldwin) October 22, 2021
2- I am in touch with her husband, offering my support to him and his family. My heart is broken for her husband, their son, and all who knew and loved Halyna.
— AlecBaldwin(HABF) (@AlecBaldwin) October 22, 2021
Si bien el foco de atención de estos días se ha centrado en la trágica pérdida de Halyna, es innegable que Baldwin está pasando por unos días de mucha conmoción emocional y psicológica, lo que pone sobre la mesa el tema de cómo gestionar la culpa.
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¿Qué es el sentimiento de culpa y vergüenza?
La autora Eve Glicksman hace una primera exploración de dónde se origina la culpa en nuestro cerebro.
La culpa surge cuando tu comportamiento entra en conflicto con tu conciencia. La culpa es una emoción más introspectiva, porque puede surgir aún si nadie vio que hicimos algo que en nuestra escala de valores, está mal.
La vergüenza por el otro lado, se desencadena cuando pensamos que nuestra reputación está dañada por algo que hicimos, o algo que nos sucedió.
A diferencia de la culpa, la vergüenza sí implica la participación de uno o más testigos.
Los sentimientos de culpa y vergüenza comparten algunas redes neuronales en las áreas frontal y temporal del cerebro, pero sus patrones son claramente diferentes.
La psicóloga Triana Sanz indica que sentir culpa es algo inevitable y como todas las emociones, la culpa también cumple una función: la de darnos información sobre las consecuencias de nuestras acciones y poder aprender de ellas.
Desde este punto de vista, podemos entender que el ser humano nunca deja de aprender.
La culpa en nuestro cerebro
En el paper Fundamentos neurobiológicos de la vergüenza y la culpa: un estudio piloto de fMRI, los investigadores Michl et al. sostienen que las áreas frontales están asociadas a la generación de emociones, como la vergüenza y la culpa.
La revista Scientific American es más específica al indicar que el área del cerebro que procesa la culpa es la corteza orbitofrontal medial.
El Dr. Fernando Reinoso señala que la corteza orbitofrontal está estrechamente conectada con las estructuras del cerebro responsables de procesar la memoria.
Parece curioso cómo desde un punto de vista neurológico, la culpa y la memoria parecen estar intrínsecamente relacionadas.
Entender la relación entre estos dos aspectos nos ayuda a desentrañar este pesado sentimiento y nos prepara para lidiar con la culpa de una mejor manera.
Pero investigar a fondo todas las estructuras y mecanismos que intervienen en el procesamiento de la culpa, requerirá un artículo separado que haremos más adelante.
Además creemos que es más productivo y necesario conocer cómo gestionar la culpa.
¿Cómo lidiar con la culpa?
La psicóloga Sanz ofrece estas pautas para acabar con el sentimiento de culpa:
Analiza la situación: date un tiempo para analizar y ver la situación con perspectiva, para poder ser más objetivos.
Para conocer cómo lidiar con la culpa es necesario tener un tiempo de reflexión y no reaccionar impulsivamente.
Acepta el malestar que implica la culpa: no trates de evitarlo, acepta tu conducta, responsabilízate de ello.
Mediante la técnica de reatribución podemos repartir a cada persona la responsabilidad que se merece y no atribuirla toda a uno mismo.
Distingue entre culpa y responsabilidad: no hay que buscar culpables, pero si responsables. Somos responsables de nuestros actos.
Parece que la culpa va ligada al castigo, sin embargo, la responsabilidad, implica una reparación de lo que has hecho, del daño que hayas podido causar.
Permítete fallar: No pasa nada por fallar, todas las personas cometemos errores, no somos perfectos.
No te enganches en la culpa: intenta ser resolutivo y no te quedes enganchado en la culpa y en dar vueltas a lo que has hecho. Eso te paraliza y no te permite avanzar ni solucionar las cosas.
Pide perdón: expresa lo que sientes y si es posible hablar con la persona que ha sufrido el daño.
Si eso no es posible, puedes ayudarte mediante la escritura de una carta, quizás sin remitente concreto.
Perdónate a ti mismo: muchas veces las personas sienten vergüenza por lo que han hecho.
Por ello, aprender a perdonarte es una herramienta fundamental para seguir adelante y restaurar la autoestima que ha podido ser dañada.
Dejar ir: una vez que he cuestionado mis creencias, dejo de anclarme en el pasado para mirar al futuro.
Es hora de dejar ir a la culpa, gracias a ella he aprendido y tomado consciencia de mis errores, me reconcilio con el pasado para vivir el presente y construir el futuro.
Lidiar con la culpa, un proceso de reconstrucción
Definitivamente es mucho más fácil decirlo que experimentarlo. El actor Alec Baldwin tendrá que pasar por este doloroso camino de sanidad interior.
Pero este lamentable incidente nos hace reflexionar sobre lo necesario que resulta saber cómo gestionar la culpa, porque si algo es seguro, es que grandes o pequeños, todos estamos destinados a cometer errores.
Es parte de la belleza de ser humanos.
Consultor de Marketing Digital y Branding. Apasionado por el Neuromarketing y la tecnología que está cambiando la forma en que nos comunicamos.